Seis días después del 33.
11/05/14. Nunca había abierto un paraguas. Vivía encerrado en días de lluvia, refugiado entre sábanas de algodón, hasta que decidió resbalarse en el asfalto y caer inconsciente sobre la fría acera, a sabiendas de la incompatibilidad de las personas con los desplomes voluntarios -como suelen creerse- ajenos a su libre paso, su caminar inconsciente. Esperaba ayudarlo, seguirlo con la vista, pero me detuve. Siempre existe ese miedo a existir cuando no existes, como si cualquier acto de humani...