De memorias ajenas, para seguir.
Hace cuatro meses, creía que podías regresar, que tu "adiós" era producto de un mal momento guiado por la cólera y esperé como quien no espera nada, haciéndome de la vista gorda a tus evidentes despedidas, manteniendo mis esperanzas sobre un sentimiento que estaba allí, a la vista de todos. Me llamaba Paula, pero luego de perderte, quise olvidar hasta mi nombre, para no tener que recordar tu voz al enunciarlo...Paula, mi amor, mi princesa, mi cielo...Paula, mi vida, mis ganas de besarte...Paula, te amo, cásate conmigo...Paula, quédate. Ahora estás aquí, escribiendo junto a mi tantos recuerdos. Me estoy torturando o simplemente mantengo a salvo la memoria, no se diferirlo, no ahora. Recorro tu piel como lo hice miles de veces antes, sin percatarme que realmente no estás allí, que imagino todo y estás tan lejos como antes, cuando te fuiste. Un beso en el cine, una caricia entre las cálidas olas del atlántico, esas que ahora, gracias a los recuerdos, se desfiguraron y me co...