Entradas

Mostrando entradas de agosto, 2023
 La teoría dice que debo permitirme sentir mis emociones. Dejarlas transitar, que me desordenen la vida que tanto me ha costado poner en orden y esperar hasta que la siguiente ola rompa en la orilla. Y siento miedo, pero ¿Cómo no sentirlo? si cada día se siente como nacer y morir de nuevo, al mismo tiempo, en un único y mísero instante.  Así que hay días en que siento y siento mucho. Se me agolpan los sentimientos en la esquina de los ojos y como quien se los estruja buscando una pestaña, me sacudo las lágrimas que quieren ser torrente pero terminan siendo nada. No siento. Simple. Problema resuelto. Limpiaré la cocina las veces que sean necesarias, repetiré en mi noruego rudimentario   Også dette går over , como si aprender otro idioma fuese solo una excusa para repetirme el  todo pasa. Pretenderé que el tiempo es corto y los quehaceres demasiado largos, como una excusa para no pensar. Otros días, sin embargo, soy solo una nube que llora y se deshace en un ciclo que nunca acaba. Me tra
Me deshice tantas veces para encajar en una maceta cuadrada, como un bonsai. Yo, la persona que nunca quiso ser árbol, se convirtió no solo en árbol sino también en el más pequeño del mundo. Y es que hasta mi forma de sentir, tuve que monitorearla. Quizas porque las lágrimas que un día te hicieron sentir parte de mi mundo, hoy te agobiaban. Así que me callé y seguí. Me deshice otra vez antes de dormir, con la esperanza de amanecer más tuya, cuando en realidad simplemente me perdía a mi. Quise retenerte como una niña que atrapa una luciernaga y quiere conservar su luz en un frasquito de compota, como si el abrazarte más fuerte podía compensar lo que tú ya estabas dejando partir. Entonces llega la tormenta, porque no puedo ser solo silencio y la Betania que se escondía para no incomodar entra de un portazo y habla. Dice que no puede continuar de esta manera. Quiere sentirse escuchada, quiere que quieras estar con ella, sostenerla en tus brazos, decirle que la amas como tantas otras veces