Entradas

Mostrando entradas de septiembre, 2013
Esta vez, apunto lejos del papel; de esos borradores llenos de tachones que usualmente dejo con bolígrafo, regados por allí. Te escribo desde aquí, porque no me da tiempo pensar y acomodar con sutilezas los errores cometidos en tiempo pasado. Probablemente, ni el olor a lluvia y tierra mojada te refresque la consciencia, muchos menos los vacíos. Olvídalo, ni siquiera te gusta ese aroma. -me imagino- No puedo aprender a delinearme los ojos. Intentarlo es terminar con rayones negruzcos en toda la cara, como una niña con creyones de cera y un lienzo virgen, a punto de ser pigmentado. No tengo el porte de delfina, manos de dedos finos y complacientes, perfil romano o la capacidad para aparentar ser una. No soy tu Maria Antonieta. Por el contrario, soy todo lo qué, imagino, nunca pensaste que tendrías por "compañera". Una que "tergiversa" todo lo que quisiste decir y lo modifica a su antojo para terminar escondiéndose en tus brazos, porque le aterroriza la idea

Absurdos y violáceos.

Solo pasa qué, de vez en cuando, terminas por cuestionarte todo y hasta una pila de almohadas puede alterar tu ciclo natural de "reposo"; y así sucede que se van trazando líneas violáceas - porque me gusta el color y punto, no tiene otra explicación - y nacen diversos absurdos qué, por separado (ni en conjunto) tienen algún tipo de significación. No son nada, como todos. Nada de materia, ni conjuntos, ni reales. Aquí no hay más que un trío -más un infiltrado- de pensamientos abstractos y tontos, típico de mentes amilanadas, poco cursivas. En fin, un eco inadmisible.                                                                                I -Mamá, la ropa está delirando en aquella esquina y tú pendiente del café. -¿Cómo que delirando? Tú y tus estupideces. La ropa no siente, mucho menos si es de color . -Claro que siente. ¿Acaso no las escuchas a diario? gimen de a ratos, cuando el sol no las toca.                                                              

Detrás de recibos y facturas viejas.

                                                                                                                                            I Para Henrry, porque hoy no quiero solo decirle papá.                                                                                                                                                                             "las olas han venido rodando hasta la orilla..."                                                                                                                                                                  -Carlos César Rodríguez. Cada vez que tiraba piedritas al mar, en mi inocencia, creía que tú serías capaz de encontrarlas, aunque inútil de mi parte, nunca supe enseñarlas a nadar. Solo tú podías extender tus manos, tocar la lluvia, abrazar al viento. Ahora, se que se llaman rocas, que el mar no es otro animal bicolor e infinito, atemporal. - Es solo mar, Betica-. Y que tú,

Clandestino.

Son las 2:12 Pm, pero la lluvia hace que se modifique el aspecto físico de los segundos. Para mi, son las 8:00 de la noche. - E sto es irrelevante. No te vayas a dormir, todavía puedes quedarte ¿Que importa que el espacio se postergue? Si tan solo pudiera cruzar esa misma pasarela que atravesaste hasta dejarme . Señor metodista, agenda organizada, el "escribe bonito y vive con su mamá" que tanto me advirtieron, hoy es mi turno de vengarme de los pétalos, los valles, de sus versos adictivos y seductores. No le voy a decir que lo quiero, porque asumiría mi derrota, firmaría mi renuncia y dejaría entre sus manos todo el orgullo qué, en teoría, debería conservar. Por eso le huyo. Por cobarde o idealista. Yo, prefiero creerme la segunda. Que más quisiera yo que ser de algún metal, pero esa característica de la maleabilidad no va conmigo...Y no, no sé por qué hablo de metales. Yo solo quiero besar tu boca. ¡Y si! Me trago mil y un veces mis palabras, los reproches. Me mue
Dejé toda mi improvisación en esas dos páginas y ahora, sin quererlo, me dejaste vacía.

Tú, no expresable a razón de dos enteros.

Te vi cruzando la avenida entre cientos de motores y otro tanto de nosotros, los sobrantes . Allí, sobre el rayado, te supuse infinito...No solo real, sino subdividido. Irracional .  Me parece que eres como la raíz cuadrada del 8. Así, imprudente. Te atraviesas cada tanto, ofuscando al que te topes. ¿Por qué no puedes ser solo un exacto? No sé como explicarte que me dueles cada tanto al recordar qué, si no puedes ser una fracción  ¿A donde guardas esa otra mitad que debería satisfacer? Me siento un cero y no a la izquierda, sino en tu denominador. Esa hipótesis de mitades y frutas cítricas, nunca ha saciado mi curiosidad y ahora, tú me la negaste. Pudiste ser pi , φ ó  simplemente e;  O bien, lo que quisieras. ¿Por qué no te escapaste hacia otro plano? ¿Por qué no hacia el sistema de Euclides? Ahora, el rojo del semáforo te deja deslizarte lejos de mis interrogativas y seguirás siendo eso, una raíz de 8.
¿Por qué escogiste habitar entre el desastre, las tazas sucias de café; el papel amarillento y corroído por el tiempo? ¿Por qué no te quedaste navegando en las cálidas linfas del amor sin sobresaltos? ¿Qué haces conmigo si es mejor estar sin mi? ¿Por qué esperas al ocaso para invocar mi nombre? ¿Por qué no te pierdes donde, después de cientoveintisiente intentos, me sea imposible encontrarte? ¿Por qué me miras y esperas a que bese tu cuello? ¿Por qué no me dejas ser una Zarina imperial? ¿Por qué no sueñas con rozar los intermedios? ¿Por qué no escribes contra el tiempo que las verdades son de azufre? ¿Qué haces envolviendo tus silencios en celofán? ¿Por qué no puedo hacer poesía? ¿Por qué tientas mis miedos? ¿Por qué lucho solo por mirarte retroceder un reloj a cuerda, aún y cuando las pilas podrían funcionar? ¿Por que te retraes en esos viejos retratos sepias? ¿Por qué aún sueñas con volar? Este mundo de mierda se cansó de los intentos y tú,otro más para la