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Mostrando entradas de mayo, 2013
Ricardo ¿Por qué te escondes? No ves que la luz se apaga y tus ojitos se achican, como esperando al sol. Deberías salir y codearte con el mundo;  ese a tus espaldas, fracasado, ya sin luz. La que esperaste. Eres un "yo" que ruge de miedo, temores que te hunden - y me hunden- bajo tu - mi-  almohada. Aquél, que cuando sueñas, ruega por tenerte en este hoyo existencialista, filosófico y vulgar, que juega a la guerra, atentados y furia, pues no sabe de calma. Les cuesta, Ricardito, porque de personas, el concepto les queda grande y, ni con hilos de bondad, logran achicarle tanto vacío, allá en sus pechos. Ni mutismo capaz de silenciar- me -te hará que cedas y dejes - mis-  tus instintos... ¿Por qué me llamas, si ni te escucho? Tal vez no existas, o viceversa          ... Tal vez no soy y tu si estás, pero me pierdo imaginando qué,  en tu tristeza, logras comprender mis faltas; y en ese mundo,  nuestro mundo,  
¿Cuantas veces no tomé tu mano cuando ya no podías levantarla? Entre lágrimas y recuerdos, tristes galerones, pedías un poco más de tiempo, para respirar la vida que te faltó. "La garza prisionera no canta cual solía, cantar en el espacio y en el dormido mar" Pisadas de un polo y tu voz, entre cortada, sin más que sus heridas, después de las 9, intentando empezar de nuevo conversaciones sobre el día, ¿Cómo te fue en el colegio? ya todo era costumbre, ni siquiera monotonía, solo costumbre; pero allí, sin tregua, estaban tus brazos esperando mis carreras. ¿Por qué seguías cantando, si ya no podías? Ya solo eras un eco y podía amarte más. Amarte porque podía seguir soñando con tenerte un poco más. Amarte, pues jamás pensé que realmente te irías. ¿Acaso tu si lo sabías? Y te despedías a diario, con tus sonrisas cubiertas de lágrimas. Sufriste tu vida y la de ella, tu pequeña, sus miradas, sus deditos entrelazados en las fotos viejas, donde sigues existiendo y, de

Porque sin quererte, ya te quería.

Mira que lento pasa el tiempo cuando estás, pero no conmigo; porque cuando existes junto a mi, en nuestro mundo paralelo - no secante - las horas corren de tus dedos a mis labios y eso que llaman beso, es nuestro único cronómetro puntual. Que perfecto te ves, cuando ni te miro. Alzando los dedos al viento, acariciando tu cabello impalpable, ese que no es más cabello, sino hilos de nada. Y tú, como impaciente, te dibujas donde pueda observarte, a 4 horas de mi, o dentro de ti, pero a mi lado; porque no, no necesito tocar tu piel para decir que existes, que te siento como gotitas, un riachuelo, el océano mismo y sus grandes gaviotas que anhelan el sol. Podemos nadar de nuevo hacia aquel bote, de aquella playa, en aquél tiempo provisorio que nos prestaron un ratito, para ser felices 259.200 segundos y ni un poquito más, pues hasta tu ternura disfruta de las matemáticas. Podemos poder, porque si, porque queremos... Y quizás, aunque el bote siga a la deriva, estaremos allí, intentando
                                                                                                                                                                                                              Ciudad Bolívar; 14/05/2013.      La clase se volvió una ladilla. Papá me dijo que la escuela era para aprender, pero yo no sé nada. La profesora dice que el círculo polar ártico tiene un clima diferente al ecuador, es uno de los cinco paralelos...Solsticio y cosas así. ¿El de matemática no dijo que aquellas rectas eran paralelas? No sé, pa' mi es lo mismo. En fin...¿Qué sabe ella? Yo solo le creeré cuando vaya al polo y me muestre el horizonte y la inmensidad de la nada . No quiero, no quiero creerle, aunque tenga la razón. Me gusta llevarle la contraria, como en todo. ¿A mi que me importa el clima? Si ni siquiera me enseñan a querer. Aquí hablan por hablar. Se sacan en cara todo cuando pueden presumir ¡Hasta las notas! Pero no saben nada. No sabemos nada...Por eso me
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     Un carril que hace un hoyo en la cumbre, donde las rocas solo conocen la luz del sol y no del fuego, del calor humano que pasa y las patea como si no sintieran, como si su valor fuera inapreciable. Una basura más para un mundo que ya no tiene espacio. Eso fuiste tú, en sus recuerdos. Un punto inapreciable que dolió, hizo y deshizo su cuenta, sus números exactos, sus caricias cronometradas con una exactitud increíble. Puntual, como la cala que cae desde un ramo sin dueño, hecho añicos por la brisa, la sal y la abrasión de un viento marino, como tus besos de nada...

Siempre tú, aunque sea mayo.

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                                            En cierto sentido, te haces amigo de la muerte, empiezas a poder hablar con ella con el corazón en la mano".                                                                                                                                                                   Haruki Murakami.      Allá la luna, chiquita, vacía de versos, de frases de amor e intentos de poesía. Un botón de un amarillo sucio, como el de tus zapatos cuando pisan el barro y no se dejan encontrar por una corriente de agua vivaz. Escribiste un día qué, sin pensarlo, la luna era aquél lugar donde llegaban las almas sin motivos, caminando sobre rocas de cristal, y te creí. Ahora, no sé si estás vacío o llena de utopías, como los  Araguaneyes  de la vía, repletos de flores que pesan como el viento cuando es agosto, llevando una tristeza que solo ellos conocen, cuando las pierden. No fui tu  Araguaney,  quizás ni siquiera una amapola y el astro que

Versículo 1:14.

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La rosa se hizo vida y habitó entre nosotros... Hasta que la crucificamos y la entregamos entre celofán a un amor que ni siquiera nos corresponde.
Hoy no hay letras, ni cantos, ni notas. Te consumí como medicina y allí te quedaste; sin tiempo.
31 días y contando, entre pares y primos. No es suficiente con recriminarle al tiempo qué, a pesar de la lucha, perdimos. Por eso Mayo, porque podía, o no, quitar todo cuando querías.