Dreaminess
Llega la mañana y me despido. Mientras duermes, beso tu frente y recuerdo todas las veces en que lo hice en un pasado. Recojo mi ropa y la amontono en un rincón de la cama, dando tiempo a que despiertes, aplazando lo inminente de vestirme y volver a la realidad que me espera al borde de la puerta. …Pero me rindo y vuelvo a abrazarte. Me adhiero a tus costillas, entrelazo mis piernas en las tuyas y escondo mi cara en el pequeño rincón entre tu cuello y tus hombros. Podría morir en ese instante y no me arrepentiría de entregar a ese momento mi último respiro. Borro ese beso con el que sellaba mi adiós y te robo uno en los labios. Quiero quedarme, aunque no deba. Veo la ropa reposando, esperando que la tome y salga por una puerta que ya está abierta y no lo logro. Me quedo. Me quedo allí, en ese cuarto que recorro una y otra vez, reconociendo cada objeto, la mancha chiquita en la pared cerca del closet, el olor de las sábanas que compartimos, el sonido de la cama que va al compás