Hace tanto esperé tener un motivo más para terminar de comprender todo lo absurdo de las despedidas, para acabar por elegir el hecho de no despedirme, sino marcharme sin un simple "adiós", dejando así de lastimar cualquier tipo de corazón interesado en envolverse en mis desastres...Pero no, nunca hubo tal corazón, dejando a estas líneas sin asunto.
Abdicación.
Las sorpresas desagradables son como galletas, pero sin fortuna. Odio abrirlas. Si las encuentro, las dejo a un lado, bajo cualquier pila de ropa sin doblar. Un horóscopo, otro azar, cualquier bazar olvidado por la fama de sus malas ventas. Así fue mi día: un total descontento. ... Y si no sé escribir...¿Por qué sigo haciéndolo? ¿ Será por otra ronda de compromisos, para no sentirme tan inerte entre las pausas del día? - Quise suponer. ¡Y vaya! Si mi profesora de lenguaje fue quien me lo dijo; y estoy estudiando ingeniería, no quiero imaginarme frente al paredón de fusilados, en la escuela de letras, haciendo algo que pensé podía hacer. No importa. Una tacha más, sobre otra de mis causas p...
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