Tengo tu sonrisa clavada en mis labios. La misma que pinta tu rostro mientras duermes y hace creer que en realidad permaneces despierto, pero te conozco lo suficiente para saber que morfeo sigue jugando contigo.
La recuerdo y me derrito, me hago chiquita. Me asusto. Es perfecta. Un mar en calma que me invita a nadar y perderme en cualquiera de sus posibles tormentas, sin temor a convertirme en olas o en sueño, siempre y cuando pueda sentirla mía.

Comentarios

Entradas populares de este blog