Páginas.

Recorriste paso a paso sus vivencias, las tomaste y las hiciste tuyas.
Lloraste cada vez que se caían. Te quedaste allí, observando cada paso, decisiones tomadas y otras dejadas  en ideas, nada más; sonrisas y lágrimas, amores y simples corazonadas.
Terminé por vivir con ellos, cada día, desde que empecé a seguirles con la mirada.
Luego, llegué a la última página, acabando así otra etapa de mi vida. Final.
No, no son solo libros. Trozos de papel plasmados con tinta.
Casi pueden latir.

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